NINGUNA EMPRESA ES INMUNE A ACTOS FRAUDULENTOS
Fusiones, adquisiciones, reducciones de plantilla, expansiones rápidas, la globalización, etc. En los últimos tiempos, la crisis financiera y las reestructuraciones aumentan las dificultades de mantener sólidos controles internos. Asimismo, la implantación generalizada de sistemas informáticos ha incrementado la velocidad en la que el fraude puede cometerse. Como resultado, la infidelidad de empleados crece constantemente.
A nivel mundial, las empresas sufren significativas pérdidas de su patrimonio como resultado directo del fraude o de la poca honestidad de sus empleados y de terceros. Colateralmente a la pérdida económica, un acto de infidelidad daña la imagen y reputación de la compañía, con el consabido deterioro del vínculo comercial con sus clientes actuales y potenciales, alterando la dinámica de la entidad y pudiendo ocasionar la insolvencia de la misma.
Acto de Infidelidad de Empleado: